Creo que ya decifré la situación. A mi modo de ver las cosas, ya todos nos sacamos las caretas, nos vimos como realmente somos, en nuestras miserias más miseriosas.
La wave es así, yo interpreto que vos sos como una trampera, y yo soy el ratón. Pero como toda medida vieja es poca, decidiste complementarte con tu amigo, el veneno para ratas. BÁSICOS, son básicos realmente. Por qué, voy a que, si bien les funcionó en un principio, porque estuve moribunda unos días, y anduve sin poder probar bocado y con una gran lastimadura vagando sin rumbo por lo que me queda de ciudad, también logré mejorarme. Soy pequeña, es verdad, aún soy solo un ratoncito, pero tampoco soy tonta. Les descubrí el plan. Pero ustedes son tan geniales, que piensan que no, que piensan que ya me han destruido.
¿Les cuento algo? Ya sé lo que pretenden, son PREDECIBLES. Ahora rondo por ahí, me acerco al alimento pero no lo pruebo, simplemente lo revuelvo, lo desarmo. Visito la trampera, la rodeo, la miro de cerca, pero retrocedo. Ya me acostumbré, no entendí pero acepté. Si quiero puedo cambiar mi destino, yo sé que puedo tomar cartas en el asunto, yo sé que no tengo que esconderme todo el día, sé que no tengo que salir por la alcantarilla para evitar encontrarme con tu rico olor a queso, o con la linda forma de cama que tiene tu trampera.
Ya fue loco, todo bien, pero no subestimen a la pendeja, porque no creo que les guste darse cueenta que en realidad entiendo todo, que siempre estuvieron de acuerdo contra mí, y que creyeron que podía ser la ilusa, ja ja ja.
Gracias genios por preocuparse por mí, por hacerme enrroscar de éste modo. Los extraño igual.
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