Ser instinto y libertad

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Jugando al olvido

Hoy te extrañe tanto que necesito escribirlo en algún lado para no decírtelo.
Ya se todo eso de que lejos estamos mejor, pero pedirle a mi corazón que deje de amarte es un montón.

Y simplemente pienso que nunca voy a dejar de hacerlo, solo me voy a acostumbrar a vivir sin vos.

martes, 5 de septiembre de 2017

Extraño tu corazón

En la vida debe haber un tiempo para todo. No somos eternos y no tendría sentido que algo hecho por nosotros lo fuera. Capaz yo llego tarde a todo. 
Esta vez llegué tarde a medias.
Cuando me cansé de preguntarme que había hecho para que me dejes de querer, entendí que nada. No había nada distinto en mi. Al contrario, cada vez hacía más cosas para que me quieras más. Me empeñaba en ponerme linda cuando nos veíamos, siempre usar ropa distinta, la que me quedara bien. Volví a obsesionarme con la comida, para que no salgas con una gorda. No me corté el pelo para que no te carguen con que tu novia tenía cara de alfajor, y tampoco me teñí de rojo, para que no te acusen de salir con una villana. 
Tampoco con mis acciones. Dejé hasta de contarte mis problemas para no agobiarte, por más de estar re triste, por más de necesitar tu contención. Dejé de escribirte todo el tiempo, para no molestarte. Esperé siempre a que me llames y nunca fui de esas personas obsesivas que te llenaban la casilla con llamadas perdidas. Nunca te pedí explicaciones de a dónde ibas, con quien o por qué. Nunca desconfie. Siempre que pude te llene de regalos aunque claramente no materiales como hubieses querido, pero a mí manera no me compraba algún que otro gusto yo para poder llevarte alguna de las golosinas que tanto te gustan cuando nos veíamos. Quise hacerte formar parte de mi mundo más de un millón de veces, contándote que hacía, prestándote mis libros, invitandote a planes con mi gente. 
Tampoco te obligué a planes que no querias, siempre respeté tus "no" y nunca me enojé.

Entendí entonces que yo no habia cambiado, que yo no me había cansado.  Entendí que vos eras el que me mirabas distinto.
Y entendí también que yo no puedo hacer nada.
(No sé lo que daría por que me volvieras a amar como me amabas cuando yo no entendía que lo hacías)
Me duele reconocerme inmóvil. No puedo resistir el solo hecho de pensar que hay algo que no depende de mí. Que no todo pasa por mí culpa.
Siempre pensé que el día que no sintiera culpa iba a ser una mujer libre (y feliz). Pero nunca me imaginé que no sentirla me iba a desmoronar de esta manera, me iba a hacer tan INfeliz (de la libertad ni hablemos, porque esa hoy me sobra).
Agradezco a todos los que me respetaron, aconsejaron y acompañaron. Pido perdón a todos los que defraudé, pero siempre les dije que era yo sola quien tenía que darse la cabeza contra la pared para aprender.

Y me la di. 

Sé que se trata de tomar lo malo para convertirlo en bueno. Y eso no me preocupa. No me estigmatiza equivocarme. Estoy convencida que de los errores se aprende, pero...  ¿Cuándo amar es un error? Tengo que aprender de un no-error. Tengo que aceptar que no puedo cambiar más nada de mí para alcanzar lo que quiero. 
De a dos no es uno más uno. No todo lo bueno es siempre bueno. Mi perseverancia hoy, es mí peor enemiga. 

Cuando ya no esté y seas feliz, ojalá puedas explicarme por qué.

Te obedecí hasta donde pude, mi genio amor

domingo, 3 de septiembre de 2017

Este vacío soy yo

Esperas un domingo de lluvia para que te abrace fuerte, para mirar todos los capítulos de la serie y que alguno de los dos se quede dormido antes de que terminen.
Pero no pasa.
Y después te das cuenta que no querés que te quiera solo un domingo de lluvia, o una siesta. 
Querés que te quiera los lunes de frío, los miércoles de calor  y los viernes de sol. Querés que te quiera a la mañana, sin el desayuno, llegando tarde, antes de dormir, en los mates de la tarde, o incluso, durmiendo.
Pero sos vos nomás la que querés.
La que querés (y querés que te quieran)