Ser instinto y libertad

lunes, 24 de junio de 2019

Desaparecer

Hoy es uno de esos días en los que quiero desaparecer.
Cuando vienen las malas, vienen todas juntas. Y siento que cada vez mas me voy quedando sin espalda para sostenerlas.
De a poquito todas mis fortalezas y certezas se caen. La fe, el amor, todo me parecen cuentos.
Necesito un abrazo sincero.
Necesito que me hables, que me digas que un poquito me extrañas, que me recargues para sostener todo esto, aunque después te vuelvas a llenar de dudas y te vuelvas a ir.

Aunque nunca te vas a ir de mí. Porque mi cabeza es así.

No me esperes, no me olvides

HACE UNA SEMANA Y NO PUEDO CREER QUE NO ME EXTRAÑES.

miércoles, 19 de junio de 2019

Con o sin razón
no me animo a perderte

AHRE QUE YA TE RE PERDÍ

domingo, 16 de junio de 2019

Definitivamente no lo sé

Desde que llegue a casa estoy esperando este momento de sentarme sola frente a vos, para sacar todo eso que no quiero que nadie sepa. Pienso "que cerrada que soy, no cambio más".
Ahora estoy acá y siento que no tengo palabras. MIRA QUE HAY QUE DEJARME SIN PALABRAS A MÍ EH.
Y la verdad es que no tengo palabras.
A veces las cosas pasan. Nos pasan. Creo que tengo ganas de estar triste y no sé si lo estoy. Pienso que tengo que enfrentarme a mí misma y eso no está tan bueno. Depositar mis energías en el otro siempre es una forma linda de no escucharme. Tengo tantas pelotudeces para decir que no escucharme siempre es lo mejor que puedo hacer. Pero cuando llego a estas instancias entiendo que escucharme un poquito no está mal, porque es el primer paso para empezar a aceptarme.
Esto soy. Quiero ser todo y no soy nada. No tengo futuro. No tengo en claro nada y a la vez todo.
Lo único que necesito es que una vez en mi vida me quieran como soy, sin tener que hacer nada para ello.
No entiendo por qué a la gente que quiero le cuesta tanto querer. O quiere de una manera super distinta a la mía.
Entiendo que el problema, una vez más, soy yo.
A los 15 cuando el chico que me gustaba había conseguido novia pensaba que el problema era yo, porque él había podido y yo no. A los 13 ya me había pasado cuando dejé ir a mi primer amor.
A los casi 24 sigo siendo el problema, ya no soy orgullosa ni fría (bueno siempre un poco), ya no soy combativa ni enojona, respeto los lugares del otro. Pero increíblemente sigo siendo yo el problema.
Tengo un master en "sos muy buena" y un doctorado en "no vos no hacés nada mal, el problema soy yo" y un posdoc en "amar intensamente".
Hoy entiendo que no quiero cambiarlo. Porque para mì la vida se vive así, con intensidad, con ganas, a todo o nada. Hoy entiendo que jugar a la tibia no está bueno. Y entiendo que no tengo nada claro. Porque quiero algo que no siento y siento algo que no quiero sentir ni tener.
Y a veces mi cabeza es tan poderosa que logra hacerme creer que siento lo que ella quiere.