Ser instinto y libertad

jueves, 9 de junio de 2011

Diario de verano.

Viernes 14 de Enero del 2011

Desde un comienzo presiento que las cosas se dieron de otra manera. Miedita ya estaba lejos, éramos pocos y vos pronto partías.
Finalmente salimos, nada iba a pararnos.
Podría resumir en grandes instancias demasiadas cosas geniales que tengo para recordar, pero prefiero quedarme con la idea de que hay algunas un tanto más sobresalientes.
Vinitos, tranca style. Unas vueltas por el pueblo lo suficienteme ebrias como para terminar ordenando servilletas sobre el mostrador de la heladería de A.
Pero luego de salir y encontrarnos con muchas personas completamente flayeras, nos decidimos a tomar rumbo.
Las cosas comenzaban a darse de otra manera. Después de varias respuestas tuyas sinceras y cortantes, yo realmente tenía ganas de matarte, lo daba todo por perdido y de otro modo, me ocupaba en otros asuntos (leáse mi plan B)
Pero me viniste a buscar. Aún no comprendo si con la real idea de planear un truco, o si fue para hablarme después de tus grandes papelones, como algunas noches atrás cuando te quedaste con las ganas de ''contarme un secreto''.
De todos modos solito te fuiste soltando, y me contaste cosas que tenía que confirmar. Te quedaste con las ganas de darme un abrazo porque estabas vigilado por secuases de una supuesta cosa que se hace llamar tu alce, perdón, tu novia. ¿Así que está celosa de mí? AJAJAJAJAJAJAJAJJAAJAJAJ pensaba yo. ¿Así que nos quiere pegar? JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJJJAJA me reí más fuerte.
Finalmente concretamos el truco apartados de la sociedad, compartiendo en equipo. Después de mucho tiempo tuvimos que complotarnos por un mismo objetivo. Ya no nos unía EL AMOR, no unía un irrisorio deseo de ganar, el cual sabíamos que era una completa mentira, porque estábamos escondiendo la felicidad que nos provocaba volver a estar juntos.
Por eso fue que a las pocas manos abandonamos ese aburrido partido (el que por cierto ibámos perdiendo) y decidimos dormir.
Como nos define, era claro que ninguno iba a ceder, así que luego de luchar fervientemente por un pedacito de cama, no nos quedó otra que seguir nuestro temperamento y compartir aquel pequeño e inacogedor lugar (en el cual alguna vez supimos dejar espacio, porque era imposible separarnos.)
Y lo que sigue ya es historia. Ya sabemos lo que pasa cuando nos colgamos mirandónos a los ojos. Ya sabemos que nos pasa cuando mis mirás con esa carita de nene tierno que me puede, cuando hacés que me olvide de todo y nos puede más abrazarnos, pelearnos con las manitos, mirarnos con los ojos cerrados, quedarnos en silencio dejanndo que nuestros corazones hablen de una puta vez, sin histeriqueos inoportunos y recurrentes (constantemente iniciados por vos y retrucados por mí).
Y te aseguro que hablaron.
  • ''No cambió nada''
  • ''¿Te enrroscás?''
  • ''¿Querés que me vaya?''
  • ''te quiero''
  • ''No te entiendo''
  • ''¿No te arrepentís de haberme perdido?''
    ''¿Pensás que está bien lo que estás haciendo?''
  • ''Ahora tiene sus motivos''
  • ''¿En qué pensás?''
  • ''Son tan linda''
  • ''Te extrañé tanto''
  • ''¿De verdad pensás que estás perdiendo el tiempo?''
  • ''Sabés que es mi debilidad''
  • ''No te escapes''
  • ''Sí, cambió.''
En conclusión, aparentemente no caí en tu trampa, no me atrapaste en tus redes otra vez; sino que supe esperar el momento indicado y cuando yo quise me arriesgué. Y era así como tenía que ser ''nuestra despedida''.
''No me arrepiento de nada, pero que distintas hubiesen sido las cosas...'' No me voy a olvidar de esa frase, así como también sé que no vas a parar de repetirla.
Hasta la próxima MI amor. No es que me apresure a escribir un futuro, sino que, simplemente, sé que éste libro, inorportunamente,  
NO TIENE UN FINAL.

'Gracias. Perdón. Hasta siempre.'   

No hay comentarios:

Publicar un comentario