Me gusta dar todo de mi en todo lo que hago. Si no doy hasta el extremo siendo que no estoy dando. Las cosas son así, a todo o nada, plata o mierda, blanco o negro. Nunca me arrepiento de dar todo de mí, es mi forma de ser y estoy orgullosa, pero si me gustaría poder ser vista de otra manera. Siento que solo las personas que me conocen bien bien bien en el fondo son dos o tres y ellas solas saben posta cómo soy. No me jode que no me conozcan, (de hecho si no lo hacen es porque yo no les doy la oportunidad) pero me jode el encasillamiento contaste. Es como si todos ya tuviéramos una etiqueta que nos marca de por vida, y así seremos vistos por todos.
Yo siempre tuve el mismo carácter pero cambié, es normal. Maduré, y maduré mucho en éste tiempo. Obvio, vos también fuiste pendejo como yo en algún momento(te rompiste la cabeza solo y te la volviste a romper, en la tuya siempre) y me entendés(no sé quien sos vos); pero el resto del mundo parece que no (o tal vez vos seas uno de esos que ésta leyendo éste blog para poder seguir bardeándome... o tal vez si quiera nadie lo esté leyendo). De todos modos no me desanimo porque sé que un día las etiquetas se van a acabar, busquemos un cada vez más yo y menos nosotros, aceptarnos como somos y no buscar pertenecer. Todos necesitamos amor, es verdad... pero... ¿a cambio de qué?.
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