Ser instinto y libertad

domingo, 27 de noviembre de 2011

Se acostumbró a su mundo, se separó del sol. Se despidió del tiempo, para dormir mejor. La reina de la noche fue la potenciación y el frío del invierno nunca la perdonó. Se despertó llorando, se desilusionó, buscando los motivos de su desolación. La consecuencia grave, la desesperación. Y el enfermizo juego de la transformación. Ella no entiende por qué desembocó en un invierno su veranito de San Juan. Te veo un poco triste... Mi amor, no llores, es la mañana: la depresión asesina te vino a visitar
Se borra su sonrisa y me pregunta por... Va a continuar actuando: se muere de dolor. La habitación de golpe se vuelve una prisión, apaga los incendios con la resignación. Ella no entiende por qué desembocó en un invierno su veranito de San Juan: Milagros invisibles!. Y entiendo que su nochecita salvaje le arrebató la alegría. Se borra su sonrisa y me pregunta por... Es el invierno nena llegó la depresión. Qué cosa más idiota nuestra conversación, qué cosa más horrible que es nuestra habitación. Se borra su sonrisa y me pregunta por... Yo tengo una excusita para vivir mejor: Un canapé de sueños, una desolación y un aparato enfermo, se llama corazón. Se borra su sonrisa y me pregunta por... Es el invierno nena llegó la depresión. Qué cosa más idiota nuestra conversación, qué cosa más horrible que es nuestra habitación... Qué cosa más idiota nuestra conversación, qué cosa más enferma que es nuestra relación!

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