Ser instinto y libertad

viernes, 21 de septiembre de 2018

Hubiesemos sido todo

Esta es una de esas cartas que nunca van a ser leídas.
Y que a nadie más que a mí le importan.
Lo que te quiero decir es esto: si no podés quererme o mejor dicho, sino querés quererme: soltame. Soltame y deja que me quieran como me merezco.
No sé cómo carajo me merezco que me quieran, pero soltame.
Y si nadie me quiere no me importa. Pero soltame y déjame en la paz de quererme yo misma. Déjame en la libertad de no pensar en dos siendo una. Déjame en el vacío de mis bajones y en la intensidad de mis días de logros.
Soltame, por favor soltame vos. No me obligues a la culpa de soltarme ni a la condena de atarme de un hilito deshilachado.

Yo siempre quiero todo. Y aprendí que si no es todo no quiero nada.

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