Ser instinto y libertad

martes, 6 de febrero de 2018

La magia de las palabras

Hoy me puse a leer cosas viejas, académicas, y me dí cuenta de lo lindo que es hacer magia con las palabras. No sé si es que particularmente amo el lenguaje, la escritura y el arte de decir, o que realmente es posible hacer magia con las letras.
Yo creo que sí se puede hacer magia con las palabras. Si no todas las cosas hermosas que decimos y juramos podrían coincidir con los hechos. No se borrarían por que sí.
Si no fuera magia lo que hacemos con las palabras, si no fueran solo sueños y caricias al alma, las promesas de amor serían eternas. Todas se cumplirían, y no habría novelas, porque el amor romántico y de final feliz que nos quieren vender sería el de moneda corriente, y no tendríamos que mantenernos ilusionados con historias de cuento que sabemos que no son reales pero nos gusta comprar (por que soñar no cuesta nada, dicen).
En esa también disiento. Y no por el arte de disentir. Para mí soñar cuesta un montón. Y no porque no me acuerdo de lo que sueño la noche anterior. Hablo de soñar despiertx.
Y para mí cuesta una bocha, energía, fantasía, voluntad, creatividad, conocimiento propio, pasión. Porque si las cosas no tienen pasión no van ni pa tras ni pa delante.
Siempre hace falta una pasión, dicen también.

Y con esa concuerdo.

Si lo que hacés (o vas a hacer) no es con (y por) pasión, entonces no hagas nada, por que es al pedo.

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