Ser instinto y libertad

miércoles, 21 de febrero de 2018

Enemiga de la realidad

Tengo un talento especial para percibir, que descubrí hace mucho pero que estoy reconociendo hace poco. O capaz es que de tanto determinarme escéptica el escepticismo se quiso burlar de mí volviéndome tan apreciativa que duele.
Es que hay muchas cosas de las que no me quisiera dar cuenta.
Cuando elegí el nombre de este blog y de muchas de mis redes, nunca pensé que podía definirme tanto. Soy tan enemiga de la realidad.
Y no es que viva en mi mundo de fantasía. Y no es que todavía ame a Chano (aunque un poco sí). Es que soy tan real que no puedo parar de odiarme.
No puedo parar de odiar todo lo que no me sale (y lo que me sale, porque me podría haber salido mejor). Y de tanto odio exploto de amor que no tengo a quien darle. Al final siempre es igual. Me empeño en ser una piedra sin sentimientos que desborda de sentimientos y cuando los expresa, aleja más que antes a quienes les rebotaba todo intento de amor.
Creo que por eso me pegó tanto el catolicismo.
Amo un montón sin tener que explicarlo y mucha gente quiere recibirlo. Y si no quieren no me importa porque tengo la convicción de que está bien (y es re lindo) que esté amando.

La nota mental que debería insertar aquí es que con parejas católicas no funciona de la misma manera.
NO APRENDO MÁS.
(cualquier similitud con mis pensamientos depresivos de los 17 es pura coincidencia).

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