Ser instinto y libertad

jueves, 19 de diciembre de 2013

Una vez tuve una vida, no era fácil, pero era mía

Apareció otra vez a cagarme la vida. 
En realidad no "a cagarme la vida" pero estaba buena la frase como apertura porque captaba la atención. Ya saben que soy melodramática, no puedo evitarlo.
No entiendo cual es la necesidad, si su vida es lo mismo sin mí, de hablarme. Si dejo de hablar es porque es la única manera que tengo de alejarme de vos sin parecer una enferma obsesiva. Pero no lo entendés. No sé, para mí se cae de maduro que estoy atrás de un chabón que jamás me va a dar bola (empezando porque podría ser mi padre, y porque claramente, no tengo su talento, su arte, su belleza).
Me gusta pensar cualquier cosa antes de aceptar que se divierte sabiendo que con un "cómo andás chinita? hoy me acordé de vos" me quema el bocho y tengo para dos meses contando "la gran hazaña".
LES JURO QUE ME ENCANTARÍA TENER UNA VIDA NORMAL, CON PERSONAS REALES, ALCANZABLES, PERO NO ME DEJAN.

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