Ser instinto y libertad

sábado, 15 de junio de 2013

En primera persona

Siento que estamos conectados. No sé. Cuando la cabeza me quema creo que busco escaparme de cualquier manera, y esa manera siempre sos vos. No sé cómo hacés pero siempre aparecés cuando te necesito. Creo que sos la única persona que logra algo no tan arjonístico de mí, pero sentido de verdad. No hace falta hablar, con dos palabras me cambiaste el humor (eso solo sucede cuando estoy así, porque sino me cambiás el humor, pero para darme ganas de cagarte a tiros). Ni siquiera sé que se me cruza por la cabeza en éste preciso momento. Me acabo de acordar que acabo de colgarte.
Que pelotuda que soy, ¿No? Vah, que pregunto, lo soy. Encuentro felicidad en las pequeñas cosas, o tal vez en las más rebuscadas. Podría ser todo más simple, ¿no?. Ahora pregunto porque se me ocurrió así, pero también sé la respuesta a esta pregunta. Claramente todo es más simple. Pero para mí nunca puede ser algo simple. Porque simplemente vivo para quemarme la cabeza y buscar la contracara de todo. La vida sin problemas me aburriría, como me aburre cuando todo va bien, cuando siento que alguien me quiere, cuando soy feliz.
Al final, vivo buscando algo que cuando lo consigo, no lo quiero más. (¿Y qué quiero? Saber que quiero, quiero.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario