Ser instinto y libertad

sábado, 17 de marzo de 2012

No soy igual que ayer, nadie me quiere ver

Es el quinto ibuprÓfeno (seba te extraño) que tomo en siete horas. Quinto. Más un diclofenax. No sé si ya estoy drogada, dopada (extasiada seguro que no) o qué, pero me sigue doliendo la columna. Es tan frustrante que no me puedo acostar, porque no encuentro posición para que no me duela, es imposible.
Soy una retrasada mental, y aunque detesto el sermón una vez más: tienen razón.

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