Ser instinto y libertad

viernes, 28 de noviembre de 2014

Es de día... y yo, de noche!

La vida debería ser un vómito. En definitiva eso somos. Vómitos. Vómitos de odio, de ira, de agobio, de cansancio, de sabiduría (alguna que otra vez a la perdida, de amor, pero muy a la perdida). Vomitamos todo el tiempo. Si no es rutinario y escupiendo estiércol por donde vas, sos un pelotudo que se come toda la mierda y un día explota: paf! el día que el pelotudo tragón explotó ¿saben que hizo? Sí, vomitó. Por que eso es. La vida es como un sorete gigante que uno elige cagar por pedacitos o taponarse hasta no dar más y largarlo de una. (perdonen si soy escatológica pero ya nadie me lee). Lo que no quita que sea mierda. Mierda en todos lados. Mierda en vidas felices que son una mentira. Porque todo es para la cámara. Hagamos como que tenemos amigos. Subamos fotos para que todos vean la huevada que estamos haciendo. Seamos novios para que todos vean que tengo novio y me envidien. Hagamonos mierda y flayemos divertirnos estando en pedo ésta noche si total mañana la vida es la misma mierda, pero un poquito más descompuesta porque hay que sumarle la cagada de la noche anterior.
No es que vea la vida desde un agujero negro, no es que vomite mierda para esconder el dolor que tengo adentro hace mucho. NO, jamás!! ¿¿Cómo se les ocurre?? Tampoco es que se me esten cayendo las lágrimas mientras termino de escribir
(podría vomitar de verdad y dejarme de joder, no?)

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